sábado, 23 de mayo de 2009

Pequeño verano de San Juan



Un sol inútil confunde las piedras en su musgo.


Ocres y amarillos detentan los últimos matices de un otoño vencido.


Aves numerosas anuncian la lluvia y su muerte.


Altas arboladuras resecas enmarañan el cielo y su azul.


La soberbia del verde perenne derrama sus pequeños dones ociosos.


Los senderos húmedos ya acogen las hierbas iniciales y el leve pasto.


Hay trinos y vuelos en el estío equivocado.


Aguas quietas esconden los fríos fulgores de su escarcha.


Escasos insectos zumban su equivocada rebeldía.


Solo el sangriento poniente traerá los emblemas del invierno.




F.S.R.Banda

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